El teletrabajo desde hace ya algunos años se comenzaba a experimentar por algunas organizaciones, aquellas que buscaban nuevos esquemas de trabajo que brindaran a sus colaboradores beneficios como la flexibilidad; o que como organización deseaban reinventarse para lograr nuevos y mejores resultados. Sin embargo, para la mayoría de las organizaciones, pensar en home office aún […]
El teletrabajo desde hace ya algunos años se comenzaba a experimentar por algunas organizaciones, aquellas que buscaban nuevos esquemas de trabajo que brindaran a sus colaboradores beneficios como la flexibilidad; o que como organización deseaban reinventarse para lograr nuevos y mejores resultados.
Sin embargo, para la mayoría de las organizaciones, pensar en home office aún resultaba un tema difícil de entender y aún más de implementar.
Pero de pronto, la pandemia llegó y con ella, de forma intempestiva, sin pruebas previas, sin saber si era lo que funcionaría y sin que todos nos sintiéramos preparados, es que las empresas se vieron obligadas a comenzar una nueva era donde el home office se convertía en el actor principal para que los colaboradores no corrieran ningún riesgo y la organización pudiera continuar con su operación.
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Home office y COVID-19
Si bien, brindar a los colaboradores la posibilidad de realizar home office resultó en un beneficio, también se encontraba la otra cara de la moneda.
Donde ante el confinamiento los colaboradores transformaron su casa en su espacio de trabajo y quizás también se convirtió en la oficina de alguien más en su familia o de escuela para sus hijos.
Y sin olvidar que cada día había una emoción distinta ante lo que se veía en el mundo, lo que provocaba el propio distanciamiento social, y lo que enfrentaba cada uno en su entorno familiar y personal.
Trabajar desde casa puede ser un esquema con grandes beneficios, pero también ante lo vivido se convirtió en un escenario donde los colaboradores, necesitaron fortalecer su resiliencia, controlar o aprender a controlar su ansiedad y estrés, redefinir su administración del tiempo, aprender a utilizar nuevas herramientas digitales, desarrollar habilidades socioemocionales .
Estos no han sido tiempos sencillos, sin embargo, si en tu organización hoy están de pie, agradece a todos los que forman parte de ella y que pese a las adversidades o nuevos retos, cada día brindaron lo mejor de sí.
Como organización es momento de plantearse nuevos objetivos y asegurarse de tener las herramientas necesarias para hacer frente al entorno incierto que hoy seguimos enfrentando.
Saber que cuentas con el equipo adecuado es clave, así como evaluar su desempeño y competencias, pero también identificar cómo se encuentran a nivel emocional.
